Sobre la chépica blanda
bajo una acacia mojada,
estás tendido en las mañanas
recordando tus penas pasadas.
Eres callejero urbano
dueño de tarros al alba;
amigo del frío y la escarcha,
enemigo del camión de las mañanas.
Dormitas la tarde y juntas
el calor para la noche magra
y, rodeado de latas vacías
sigues tu vagar sin pausas.
No tienes un amo que a veces
te dé valor con su mirada,
ni tienes tu a quien darle
amistad, con tu cola mojada.
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ResponderBorrarPoema Seleccionado y publicado en España.
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